VIGILAR Y CASTIGAR – Paul Michel Foucault


Análisis sobre la coyuntura política social boliviana basada en la teoría del poder de Paul Michel Foucault.

Salinas M. Eduardo

POLÍTICA CON FUNDAMENTO

15 JUN. 2020

En 1926 nace en parís Francia, Michel Foucault; filosofo, historiador, psicólogo y sociólogo que escribió y publicó una de sus máximas obras “Vigilar y castigar” en 1975, donde desarrolla su famosa teoría del poder.

¿En qué consiste esta teoría?

A más de justificar el nacimiento de la prisión, describe de manera fascinante las relaciones sociales y las jerarquías existentes en esta. Analiza el ejercicio del poder, las técnicas de dominación con el único fin de obtener obediencia.

¿Cómo lo fundamenta?

Parte de la observación de los grupos sociales, donde establece que el ser humano es gregario por naturaleza además de tener características de jerárquica, es decir, que en todo grupo existe un líder o “varios” deseosos de dominar, por lo tanto, surge una competencia también natural por conseguir el poder.

Ese razonamiento es el principio de su análisis, pero fundamentalmente se enfoca en el dominio del poder. Al respecto, se refiere al castigo y al “rey” como figura de autoridad, que sentencia a la persona que quería asesinarlo (Damiens) a un suplicio horroroso que describe de manera detallada en su libro.

La pena hacia el infortunado, es excesiva en comparación al crimen que ni llego a consumarse; entonces comprendemos que el castigo no es una mera represalia, sino un ACTO POLITICO, un SHOW CON SIMBOLISMO ya que se lo realiza en público, a vista de la población expectante, en vez de realizarlo dentro del palacio.

¿Qué finalidad tenía el castigo infringido al infortunado Damiens?

Que el pueblo sea testigo del poder del soberano.

El espectáculo en sí, es una muestra del poder del rey.

Al analizar este relato, Foucault se da cuenta que el poder del rey termina cuando el castigo cesa, por lo tanto, su poder no es fructífero mientras este no sea ejercido a la vista del pueblo.

En el entendido que el poder del rey era ineficiente, es que se pasa al sistema de privar de la libertad a las personas, entonces nacen las prisiones, pero este paso de un sistema a otro, tomó su tiempo durante la ilustración europea.

La justificación para este cambio, fue que, así como se genera temor en el ejercicio excesivo de brutalidad del poder dey rey, se generaba al mismo tiempo a un estado de malestar en la población manifiesta en disturbios, mítines, etc.

¿Cómo evitar esto?

Cambiando el sistema de suplicio a castigo, modulando la pena y ya no exacerbar a la población con castigos inhumanos; así mismo recurriendo a la teoría del contrato social de Rousseau haciendo ver que el delito no es contra el rey, sino contra la sociedad y la ley; de esa manera se justifica privar de libertad al acusado para “corregirlo”, entonces apreciamos al castigo como símbolo (un símbolo o signo, trae en si un mensaje que se aplica a la mente del acusado y de la sociedad)

¿Cuál el objetivo?

Crear seres dóciles y disciplinados; estos elementos según el autor están presentes en las escuelas, los cuarteles, las cárceles, las instituciones civiles, las fábricas, los aeropuertos, etc. y son la base del orden social donde el sistema siempre esta VIGILANTE, “El éxito del poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le es específico: el examen”.

Si bien todo lo expuesto va dirigido hacia el individuo, ¿Se podría aplicar la sociedad?

El poder disciplinario se puede aplicar a una sociedad y a esto llama “BIOPOLITICA” donde se pone en práctica el “BIO PODER”. Aunque Foucault muere en 1984, seguramente ya imaginaba lo que vendría de la mano de la globalización tanto económica como cultural, la sociedad del control.

Hasta aquí realizamos un breve análisis de su obra “Vigilar y castigar” en las partes que nos conciernen; ahora…

¿Cómo relacionamos estos postulados teóricos con nuestra realidad? Veamos el contexto.

El gobierno de transición en Bolivia, detenta el poder desde el 12 de noviembre de 2019 y a 6 meses y 6 días de ostentarlo, podemos apreciar las siguientes características referidas al tema de nuestro análisis mencionando tan solo 5 hechos:

  • 19 de noviembre de 2019, Masacres en Senkata y Sacaba.
  • Ministro Arturo Murillo, “…amenaza a una delegación argentina de visita en el país” (nodal / noticias de américa latina y el caribe 29/11/2019)
  • 16 de enero de 2020 “Comienzan los operativos conjuntos entre militares y policías PARA DAR TRANQUILIDAD a la población” (Los Tiempos 16/01/2020)
  • 24 de marzo de 2020, Ministro Murillo “el que venga a jugar conmigo, lo voy a meter preso” (Erbol 24/03/2020)
  • CIDH manifiesta “grave preocupación” por comunicado de gobierno contra periodista Arias (Pagina 7 – 01/06/2020)

En el primer caso, vemos un manifiesto ejercicio del poder con la participación de las FF.AA. y la Policía en una clara muestra de amedrentamiento mediante el uso de armamento disuasivo y letal contra la población civil.

Esto lleva por supuesto a cargos y descargos de ambas partes, pero podemos establecer que estos actos se enmarcan en el concepto de CASTIGO a la población desobediente según Foucault y se cumple la finalidad descrita líneas arriba. ¿Se replica entonces en pleno s. XXI la actitud del monarca del s. XIX frente al infortunado Damiens ante una atónito y amedrentado pueblo?

En el segundo caso, la amenaza del Ministro en cuestión, va más allá; nos recuerda por supuesto a lo que Foucault llama el sistema VIGILANTE, la advertencia como método de dominio en el ejercicio del poder, antes de infringir el castigo ejemplarizador de parte de quien ostenta el poder.

En el tercer caso, ya estamos frente a una expresión SOMBÓLICA, donde el gobierno realiza un acto político con unas FF.AA. tomando las plazas de las ciudades capitales en los 9 departamentos del país; me recuerda a un dibujo animado de la década de los 80 donde He-Man levanta la espada y grita “¡Yo tengo el poder ¡”. El hecho mismo de los canticos que realizaron, el uniforme de combate, etc. tenían la finalidad de afirmación del poder, una advertencia a los “Damiens modernos” e infundir temor al pueblo expectante.

El cuarto caso, una representación obtusa de la Ley en manos de un solo individuo representado en el ministro, ¿Será correcto que la Ley y todas sus prerrogativas, se reúnan solamente en una persona sobrepasando a instituciones llamadas al ejercicio de esas competencias?, eso solo se lo ve en gobiernos de facto.

El ministro si bien es autoridad y cabeza, en este caso del ministerio de gobierno, debe asegurar ante todo el ejercicio pleno de los derechos y garantías constitucionales y fortalecer la gobernabilidad democrática de la población boliviana, es su función principal y no ir en contra de los derechos fundamentales y políticos establecidos en la CPE como se observa actualmente.

El punto 5, es un atentado contra la libertad de expresión e información de los ciudadanos donde además se incorpora el elemento de “presunta” corrupción.

Podríamos añadir un elemento más, el “PODER ENCUBIERTO”, en este caso representado por los medios de comunicación, donde el poder se ejerce sin que la persona o personas afectadas (sociedad) se den cuenta de ello; es una de las mejores estrategias en el ejercicio del poder sin duda alguna, algo así como cuando el personaje Frodo del “Señor de los anillos” (de Tolkien) usa este artilugio para invisivilizarse; o “el hombre invisible” (de H.G. Wells), demuestran el deseo intrínseco del ser humano de ostentar el poder de una u otra forma.

Comprendemos entonces el afán del gobierno en insistir con acciones de advertencia, amenaza, represión, etc. ya que están conscientes que, si cesa la coerción del castigo, su poder se torna en ineficiente; pero ojo, no estamos en el s. XIX donde gobernaba un rey, empero vemos además una confusa actitud por parte del gobierno de transición ya que en pleno “Estado de Derecho” se aplican medidas propias de un “Estado de no Derecho” aprovechándose de la emergencia sanitaria a causa del Covid 19.

Con estos pocos ejemplos (podría citar más), podemos concluir que Michel Foucault pone de manifiesto magistralmente la teoría del poder y que nos sirve para explicar fenómenos políticos actuales, el resto, se lo dejo a su análisis y apreciación personal.

Salinas M. Eduardo

POLÍTICA CON FUNDAMENTO


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