LA FALACIA DE FALSA EQUIVALENCIA


“Cuando la manzana aparenta ser naranja”

Salinas M. Eduardo

POLÍTICA CON FUNDAMENTO

19 NOV. 2020

Sobre comentarios o publicaciones denunciando un año de la masacre de Sacaba, el Pedregal y Senkata, pidiendo que se investiguen esos hechos luctuosos, seguramente le respondieron así:

“Que también investigue la quema de los buses puma Katari en La Paz, la intención de hacer explotar la planta de senkata, que investiguen al pedófilo, a quienes pedían guerra civil, etc.”

O al momento de comentar sobre la pobreza existente en tu país:

“Cuando veas a un político sentado en su curul, acuérdate del pobre mendigando en la calle”

Es a eso que se llama falacia de falsa equivalencia, pero veamos en que consiste.

Uno de los temas más estudiados dentro de la argumentación jurídica, sin duda alguna son las falacias; éstas deben ser tomadas en cuenta al momento en que unas de las partes tienden a fundamentar en un proceso, o por el Juez cuando analiza un caso y se dispone a dictar sentencia.

Así mismo, es utilizada en la política y por el periodismo amarillista para responder mediante una analogía a una opinión política y tratar de justificar una acción social generalmente reprochable, o para desatar polémica ante un hecho construido a partir de una comparación falaz, todo con la finalidad de dirigir la opinión pública hacia determinada tendencia.

Pero, ¿Qué es una falacia?

Según la definición que Aristóteles nos brinda, una falacia es:

“un argumento que parece bueno o correcto sin que lo sea” [1]

El filósofo español, Javier Muguerza Carpintier, define como falacia a:

            “aquellos argumentos que tienen la apariencia de ser correctos y esto mismo los convierte en temibles fuentes de confusión y engaño”[2]

Las falacias, podrían ser elaboradas de mala fe en el caso de querer confundir al receptor del mensaje o en su defecto, son realizadas por no tener una comprensión correcta de estos asuntos.

Al respecto, existen diferentes clasificaciones de las falacias, así por ejemplo citamos a Manuel Atienza que las clasifica en falacias formales, materiales y pragmáticas.[3]

En lo que respecta a las falacias de falsa equivalencia, se subsumen en el concepto de falacias materiales de Atienza, ya que se utilizan argumentos incorrectos, y se apoyan en falsas analogías que denotaran inconsistencia.

Una falacia de falsa equivalencia, también es conocida como una falacia de inconsistencia, ya que los hechos u opiniones puestos en la balanza tienen apariencia lógica, pero en la realidad no existe nivel de comparación.

El estudio de las falacias, es muy amplia además de tener diferentes acepciones y no es el objeto del presente artículo, sino simplemente hacer notar como es que muchas personas incurren en estos errores al momento de verter una opinión tratando de justificar sus pretensiones.

Salinas M. Eduardo

POLÍTICA CON FUNDAMENTO


[1] Aristóteles, sobre las refutaciones sofísticas, “Organon I”, Ed. Gredos SA., Madrid 1982

http://www.hermanosdearmas.es/wp-content/uploads/2017/12/aristoteles-tratados-de-logica-organon-I-categorias_-topicos_-sobre-las-refutaciones-sofisticas-gredos.pdf

[2] Muguerza, Javier, “prólogo” en “la guerra de las falacias” (Manuel Atienza), Puebla, 2004.

[3] Atienza, Manuel, “Curso de argumentación jurídica”, Ed, Trota, Madrid, 2013, Pág. 116

https://0201.nccdn.net/1_2/000/000/0e0/b35/ATIENZA_Manuel_Curso_de_Argumentacion_Ju.pdf


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