Salinas M. Eduardo
POLÍTICA CON FUNDAMENTO
17 JUN. 2021
En el mundo de la política uno tiene de todo y para todos los gustos, así mismo existen personajes entre pintorescos y polémicos que se vieron involucrados de alguna manera en hechos que marcaron la historia y la realidad social de nuestro país.
Uno de ellos es Carlos Diego Mesa Gisbert que, a sus 68 años enfrenta acusaciones de desestabilización y participación en el golpe de Estado de 2019 en Bolivia, ante lo cual fue citado a declarar ante la fiscalía. Pero detengámonos un momento y recordemos su accionar en la historia.
Su personalidad
Conocido en el mundo político como intelectual, historiador, comunicador y documentalista, es presto a conversar sobre cualquier tema menos sobre aquellos que no le conviene; Mesa tiene otra faceta como político ya que muchos periodistas lo describen como déspota en especial con los reporteros de primera línea; para sus contrincantes políticos, era y es una persona que no irradia fortaleza y con posturas ambivalentes, sin una posición segura y dubitativo al momento de tomar decisiones.
Un ejemplo de ello es que en 2018 declaraba que no sería candidato presidencial, pero unos meses después (octubre), luego del fallo de la Haya anuncia sorpresivamente su candidatura para las elecciones de 2019 con el FRI:
Algo que no debemos pasar es que Mesa es muy hábil con las palabras haciendo de sus alocuciones una “verborrea” que finalmente deja un vació en el entendimiento de quienes lo escuchan o simplemente evade dar respuesta a cuestionamientos que obviamente lo dejarían mal parado excusándose en sus derechos legales o echando la culpa a otros, un ejemplo de ello es esta frase:
“Lo que no voy a hacer es responder preguntas basadas en una guerra sucia hecha por personas descalificadas. Tan simple como eso”.
Tiene una manera unilateral de interactuar con la gente, y lo hace mediante videos o utilizando las redes sociales, en especial Twitter o Facebook Live y generalmente no brinda respuestas ante cuestionamientos de los ciudadanos.
Un gobierno débil.
Cuando Goni renuncia a la presidencia en 2003, Carlos Mesa es la persona que ocuparía el cargo tal cual lo disponía la CPE de ese entonces; su gestión estuvo llena de promesas que no pudo cumplir y básicamente su gobierno rayaba en la ineficiencia económica siendo una continuación de su antecesor.
De tinte neoliberal, no pudo aplicar medidas políticas y económicas como la nacionalización de los hidrocarburos que seguramente hubiese anulado a Evo Morales. Recordemos que renunció 3 veces siendo la última la definitiva y aceptada por el congreso, poniendo al país en una situación por demás incómoda; queda en la memoria histórica su declaración donde mencionaba que tiene que extender la mano para pagar una parte de los salarios a los maestros…
Su negativa a ser testigo de cargo contra Goni
Uno de las decisiones más criticadas que asumió, fue negarse a declarar en el caso interpuesto por la corte federal de Estados Unidos contra Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Sánchez Berzaín; esta decisión le costó impopularidad ya que denota su carácter ambivalente que mencionamos líneas arriba, en especial por parte de la asociación de las víctimas de octubre negro representada por Patricio Quispe en ese entonces y los movimientos sociales a quienes les prometió justicia pero llegado el momento no colaboró en nada.
Al respecto, se crean diferentes hipótesis sobre su negativa, una de ellas es que se vería al descubierto el hecho de que recibió dinero para ser vicepresidente del Goni y otros hechos que podrían comprometerlo.
Posteriormente siguieron las declaraciones de sus abogados tratando de justificar su negativa, lo cierto es que, a su mejor estilo, mantuvo posteriormente un perfil bajo en referencia al tema.
https://m.eldiario.net/index.php?n=66&a=2018&m=03&d=13#closem
Quema de los documentos de gastos reservados
Otro hecho cuestionado por la ciudadanía y políticos contrarios a Mesa, fue el DS. N° 27345 de 31 de enero de 2004 https://www.lexivox.org/norms/BO-DS-27345.html en el cual le da el rótulo de “secreto” y de “seguridad nacional” a los documentos detallados de los gastos reservados y a quienes beneficiaba, siendo estos cubiertos con un manto de legalidad en su divulgación y restringida al conocimiento de la ciudadanía llegando a ser “incinerados” posteriormente tal cual establece su Art. 10:
Artículo 10°.- (Documentacion) La documentación presentada en la rendición de cuentas será clasificada como “secreta”. Los documentos que prueben la erogación de los gastos bajo la partida Gastos Específicos – “Gastos Reservados”, que sean aceptados por el Contralor, deberán ser destruidos o incinerados por este en presencia del Ministro respectivo, debiendo dejarse constancia en acta de este hecho.
Por supuesto que posteriormente quiso justificar tal acción, pero al final tuvo que reconocer el hecho ¿A quiénes protegía Mesa con esta acción?
Inmunidad para militares estadounidenses en Bolivia
En diciembre de 2003, Carlos Mesa remitió una nota a Hormando Vaca Díez (+), en la que pide que considere lo siguiente:
“Aprobación y ratificación del Acuerdo entre el Gobierno de la República de Bolivia y el Gobierno de los Estados Unidos de América respecto a la entrega de personas a la Corte Penal Internacional…(donde) todos los nacionales de los Estados Unidos de América, el personal militar que cumpla o haya cumplido funciones en el pasado para los Estados Unidos de América que no tenga la nacionalidad de ese país presentes en el territorio de la República de Bolivia no serán, salvo con el consentimiento expreso del gobierno de los Estados Unidos de América, entregados ni trasladados por ningún medio a la Corte Penal Internacional para ningún propósito, con respecto a los actos u omisiones supuestamente cometidos o que tengan lugar mientras sean o hayan sido parte del personal militar de los Estados Unidos de América”.
Este recurso, estaba fuertemente patrocinado e impulsado por el Ministro Antonio Galindo (+) que exigía inmunidad a los militares estadounidenses en su accionar en territorio nacional a nombre de la cooperación entre gobiernos, Galindo era en ese entonces Ministro de la Presidencia.
Ante esto, Carlos Mesa como siempre negó la acusación pese a existir documentación de sustento y seguidamente guardo un silencio cómplice sobre el tema.
Declaración en la Fiscalía como testigo en las investigaciones sobre el golpe de Estado de 2019
Como es sabido, finalmente Mesa fue citado a declarar en la Fiscalía como testigo en los hechos luctuosos de 2019, su asistencia fue por demás publicitada mediáticamente y firme a su estilo previamente escribió Tweets y publico videos por las redes sociales tratando de negar su participación. No olvidemos que fue partícipe en la reunión de la universidad católica juntamente con representantes del clero, diplomáticos brasileros, de la comunidad europea, Fernando Camacho, Tuto Quiroga y otros.
Se lo acusa de haber obstaculizado la sucesión constitucional y emplazó a tomar otra vía consintiendo sin ninguna autoridad la sucesión de Jeanine Añez a la presidencia, tenía una gran oportunidad de esclarecer muchas cosas, pero prefirió acogerse a su derecho al silencio establecidos en los Art. 193 y 196 del Código de Procedimiento Penal, pero día antes se preocupó más de acusar a Evo Morales y al gobierno de Arce de “Armar un caso y promover la confrontación”
Pisó el palito…
La actitud de Mesa confundió a muchos, pero teniendo en cuenta su estilo de “hacer política” y sus antecedentes es comprensible entenderlo; su actitud contradictoria es claramente visible negando los hechos que él mismo patrocinó a través de la narrativa del “fraude” que instaló antes, durante y después de las elecciones de 2019, narrativa que nunca se probó sino mediáticamente al calor del apoyo que recibía del movimiento “pitita” en cuyo cabildo declaró “…o voy preso o voy a la presidencia”.
No fue a la presidencia, le corresponde según sus palabras estar preso; algo similar a lo que declaro en su tiempo Tuto Quiroga que se comería su reloj y que le pondría “llajua y todo” si Evo ganaba las elecciones de 2014 con el 60 % y donde obtuvo el 61,36% de votos, ambos candidatos deberían cumplir en serio su palabra.
Mesa piso el palito durante su comparecencia ante la Fiscalía, no olvidemos que se lo citó como testigo y no como sindicado. Claramente se pudo inferir su miedo ya que solo respondió 3 de las más de 50 preguntas que se le formuló, las restantes las evadió acogiéndose al silencio lo cual podría ser calificado como obstrucción a la justicia, ya que no existe en él voluntad de colaborar con las investigaciones.
Su actitud frente a la justicia es la misma que demostró a lo largo de su vida política, parco en sus intervenciones, pero contradictorias a la vez ya que no mantiene relación entre lo que dice y lo que hace; la ciudadanía ve expectante su accionar y obviamente sacará sus conclusiones, unos estarán a su favor, otros estarán en su contra, pero lo cierto es que “lo que se ve se anota” (como en el cacho) y lo que vemos todos es una actitud evasiva, temerosa, culpable en el fondo, lo que jamás Carlos Mesa reconocerá por su naturaleza timorata, vacilante, manipuladora, pusilánime y apocada que tiene.
Salinas M. Eduardo
POLÍTICA CON FUNDAMENTO
Mesa fue siempre tibio y bipolar no es político es politiquero esa es la diferencia, pienso que este el momento de que pague las canalladas que hizo país los hechos están demostrados. La justicia boliviana debe actuar sin miedo y que sea referente para los otros políticos
Efectivamente, muchos actores políticos deberían ser procesados, lamentablemente siguen libres.