“La muerte de la Ciencia Política” – Cesar Cansino
Salinas M. Eduardo
POLÍTICA CON FUNDAMENTO
25 ABR. 2023
¿Hacia dónde va la Ciencia Política? Es el título del ensayo que escribió Giovanni Sartori en 2004, donde el más grande constructor de esta Ciencia, plasma su pensamiento en base a su preocupación en referencia a su método primordialmente, preocupación que para muchos daba vueltas en su mente ya desde 1970.
A más de 6 años de su muerte, su legado sigue inspirando a especialistas en el tema, a estudiantes y a foráneos; para el autor del ensayo, la ciencia política no va a ningún lado y el estudio de lo político se concentró en la aplicación de los métodos cuantitativos que se convirtió en el campo académico de moda, en un modelo que deforma a la ciencia política.
Las contribuciones de estos académicos no contribuyen sustancialmente a las problemáticas de los asuntos políticos, por ejemplo, dar respuesta a los vacíos de la práctica democrática donde Sartori genera cuestionamientos en base a su interés de buscar una forma de diferenciarse de otras disciplinas y esto constituye una aspiración “muy elevada”, es decir combinar ciencia y política con un objeto y un método propio.
Todo ello inspiró a Cesar Cansino, a escribir sobre las críticas de Sartori y presenta su libro titulado “La muerte de la Ciencia Política” en 2008; un título muy sugerente y que nos alarma a muchos. Cita a Max Weber “De la política no se puede hacer ciencia y quien diga lo contrario miente”, una lapidaria cita obviamente, pero según él tiene mucho de real.
Comienza citando a la ciencia política con pies de barro, como un gran elefante blanco lleno de datos, muy superficiales donde la política sin sociedad, es como un cascaron vacío, por lo que los sociólogos no son muy optimistas de dar el carácter de ciencia a la política. Cuando Sartori menciona que la ciencia política en su proceso de evolución termino en analizar cosas muy específicas y se olvida de analizar las que atañe a la sociedad y brindar soluciones, entonces esa ciencia que no brinda soluciones, es una ciencia muerta.
El “viejo sabio” (tal cual se autodenomina Sartori) al momento de escribir su ensayo, muchos pensaron que había enloquecido, ¿Cómo es posible que el padre de la Ciencia Política declare la muerte de su creación? Sin duda alguna es algo totalmente “chocante e incomprensible”; por lo que Cansino comienza a trabajar seriamente en el tema.
Cansino, conforme vamos avanzando en la lectura de su obra, pareciese que atacara a la ciencia política norteamericana, por el método cuantitativo y estadístico para medir datos y describirlos, pero aclara que la ciencia política no debería tener nacionalidad y se refiere a la disciplina en general. No se puede menospreciar el aporte de Estados Unidos a la formación de la ciencia política, es muy loable dicha labor en especial la suscitada en la escuela de chicago y la post guerra, pero es ese país que de alguna manera monopoliza su estudio y es difícil poder salir de su influencia.
No critica de manera particular a un método en específico, sino que su crítica va dirigida a la Ciencia Política en sí, y esto se ve en su obra estructurada en dos grandes partes, una que ubica a la Ciencia política “dentro de sus límites” y otra “fuera de sus límites”.
En las siguientes líneas, se realiza un resumen de la obra de Cansino y será donde identificaremos cuáles serían las maneras de poner definitivamente fin a la Ciencia Política y esto se lo hará enumerando los pasos donde corresponda hacerlo, por lo que es importante que el lector pueda comprenderla.
El resumen.
Los 10 capítulos de esta obra, encierran lo que no se debería hacer para contribuir a que la ciencia política termine de existir, me niego a afirmar que está muerta, quiero pensar que está en estado de coma y que es posible aún salvarla y traerla nuevamente a la vida rescatando los aportes buenos y descartando los malos; quizá suene a inocencia científica, pero por lo menos tengo esa esperanza. Cansino de hecho ya le puso el epitafio, creo firmemente que aun respira, solo hay que darle los cuidados necesarios.
En el primer capítulo, trata de la búsqueda de identidad de la Ciencia Política, todo ello a partir de una comprensión de los cambios sociales a partir de la caída del muro de Berlín, el paso de gobiernos democráticos, la influencia y nacimiento de grupos terroristas, la imposición de Estados Unidos en el orden mundial, en lo económico de la misma manera, por lo que es necesario definir primeramente el objeto y el método de la ciencia política. Como antecedente esta la tecnificación de esta disciplina, el uso de la estadística y de la política comparada.
1er. Paso. – No estar a la altura de los hechos históricos y los cambios sociales en el mundo (Las ciencias sociales en crisis)
En el segundo capítulo, donde se analiza “lo económico” de la política, se advierten las siguientes características: Una mirada de la sociedad “ignorante” ante los fenómenos económicos y políticos; basa esto en el estudio de Schumpeter donde llega a una conclusión muy interesante y es que la política llega a negociarse entre los potentados económicos lo cual subordina a la ciencia política a la economía, es decir, solo es su medio para logra su fin.
2do. Paso. – Subordinar a la Ciencia Política a lo económico.
En el capítulo 3, donde explica el análisis sistémico de la política, y muestra las inconsistencias de los enfoques “cuantitativistas y formalistas”, como las teorías funcionalista, desarrollista y sistémica. Menciona a David Eanston como el intento de proveer a la ciencia política de un objeto de estudio que sería “los sistemas políticos” como único intento anglosajón; Luman como otro sistémico y finalmente concluye que estos tres enfoques son inconsistentes a la hora de brindar también una buena comprensión de la realidad social.
En el capítulo 4, analiza las limitaciones de los “enfoques institucionalistas y neo institucionalistas”, en sus múltiples vertientes. A las primeras, les reprocha su esquematismo, determinismo y simplismo; pareciéndose más al formalismo para aproximarse a lo político, tan o más reduccionista que los propios análisis económicos o racionalistas de la política que hoy predominan. A los segundos, les recrimina su injustificado énfasis en cuestiones estructuralistas y organizacionales en detrimento de cuestiones de orden estrictamente simbólico y cultural. Critica también a la política comparada, deudora teóricamente de esos mismos enfoques, por el tipo de generalizaciones que produce, atrapadas por la exigencia más de medir y contrastar realidades que de pensarlas a profundidad. Al analizar el desarrollo de la política norteamericana, lo hace subrayando el carácter del análisis “interno” de su propia realidad y no a nivel general es decir menciona a la política interna como un fenómeno globalizante de la política.
3er. Paso. – No tomar en cuenta realidades externas y solo enmarcarse a la realidad interna al momento de elaborar teorías.
El capítulo 5, “Réquiem de la ciencia política” menciona que está herida de muerte por el abuso del empirismo y el cientificismo, incluido al incorporar el concepto de “calidad de la democracia” que va en contra de sus propios principios. La ciencia política, que se reclamaba a sí misma como el saber más riguroso y sistemático de la política, el saber empírico por antonomasia, ha debido ceder finalmente a las tentaciones prescriptivas a la hora de analizar la democracia, pues evaluar su calidad sólo puede hacerse en referencia a un ideal de la misma nunca alcanzado, pero siempre deseado.
4to. Paso. – Perder su carácter de rigor científico por encontrar un ideal utópico.
En el capítulo 6, se defiende la necesidad de situar el fenómeno político en el horizonte más amplio de significados y representaciones de lo social en toda su complejidad.
Los capítulos 7 y 8 reivindican, el análisis de la dimensión simbólica de la política, la cual ha estado simplemente ausente en los enfoques dominantes de la ciencia política empírica. Según este análisis, la política ha de volver al individuo, es decir, hacer visible el mundo de significados que definen la experiencia social y cívica de los ciudadanos.
El capítulo 9 constituye una reivindicación de los clásicos del pensamiento político, a los cuales la ciencia política parece haberles dado la espalda hace mucho tiempo.
En el capítulo 10, por su parte, se da cuenta de la perspectiva meta política, entendida como una suerte de sobrevuelo a las teorías políticas existentes para familiarizarse con su génesis y arquitectura.
En estos últimos capítulos, el autor nos da una esperanza al momento de comprender que existen elementos que si se pueden recuperar de la Ciencia Política y otros desechar para recobrar el rigor científico y su identidad científica perdidas.
No podemos dejar de lado esta labor ya que es importante recuperar a la ciencia política para que tenga mucha mayor vigencia aún dentro de los fenómenos políticos en los que interviene.
Salinas M. Eduardo
POLÍTICA CON FUNDAMENTO